"Caelum non animum mutant qui trans mare currunt"

28 de febrero de 2010

▪ Nature Strikes Back



DEL LADO DE ACÁ Y DEL LADO DE ALLÁ:
Cumpleaños y tsunami

Acá y allá conectados. Distintos. Opuestos, quizás. Día y noche. Alegría y pánico. Pero conectados, créase o no. Al menos unilateralmente. Acá y allá, un mismo lugar.

(...)


Me había quedado despierto hasta muy tarde. Tenía ganas de leer. Pero cuando me ganó el cansancio, cerré los ojos y me dormí. Y no dormí mucho. Porque cuando todavía no había salido el sol, sonó la sirena. Qué feo que es despertarte así, sobresaltado, sin entender qué pasa. Hacía mucho que no sonaba y confieso que me dio mucho miedo. Quedaba poco tiempo. No llegué a agarrar muchas cosas; no tuve más opción que salir corriendo. Los noticieros decían que teníamos que buscar refugio en algún lugar elevado. Las olas se acercaban a Hawai.

“A las 17.05 llega una ola a Hawai” anunció alguien en casa. Y sí, al prender el televisor vimos eso. Más imágenes del desastre en Chile. Más caos y horror y números y pronósticos. Y alertas por doquier. Y títulos del tipo “Hawai se prepara” con música escalofriante de fondo. Y nosotros seguíamos doblando las servilletas y preparando todo para festejar el cumpleaños de mi papá, mientras había gente buscando refugio, huyendo de las olas, y había gente incomunicada, preocupada por sus familiares, sin tener noticias. Nosotros seguíamos preparando todo mientras había gente muerta entre escombros.


En diez minutos llegan las olas. Dicen que van a ser ocho. Cuatro o cinco metros de altura como mínimo. No se sabe la intensidad. Ahora estamos en una montaña, mirando el mar. Veo casas cerca de la costa y me pregunto si pronto las voy a dejar de ver. Tenemos mucha comida y agua, porque no sabemos cuánto tiempo vamos a tener que quedarnos acá. Abajo está todo cerrado, no hay nadie por las calles. El mar ya retrocedió, más que nunca. Se ve como una mancha negra en la arena donde siempre suele haber mar. Las sirenas estuvieron sonando cada media hora. Me duelen los oídos. Las olas se acercan. Sólo queda esperar que lleguen.

Ya está todo preparado. Manteles y sillas y la comida en la heladera. Mientras en este momento hay muchas personas mirando el mar y sintiendo y pensando miles de cosas, yo me voy a duchar. Ellos se alejan del agua y yo voy a ella. Y la hora se acerca. Ya está todo listo. Sólo queda esperar que lleguen. Los invitados.

(...)

Pasó el tiempo. En definitiva, del lado de allá no hubo tsunami. Algunas olas se sublevaron, sí. Pero nada grave, sólo el miedo. En definitiva, del lado de acá hubo un cumpleaños más. Muchos invitados, sí. Pero nada fuera de lo común, sólo la escasez de sillas. Y ahora me quito la remera negra y me voy a dormir, agotado de tanto jugar con mis primitos. Igual hay cosas que me preocupan. El mundo me preocupa, en muchos aspectos. Y hay que tomar conciencia. Porque en definitiva acá y allá son el mismo lugar. Y espero que no sigan acercándose más de estas cosas. A ningún lado. Ni olas, ni grietas, ni vientos, ni nada. No los quiero cerca. Ni de mí ni de nadie.
Ni acá ni allá.

(2010)






26 de febrero de 2010

▪ Time Goes by...



AÑOS MAYORES

Momento determinante. Cuando finalmente una mujer decide renunciar a la tintura. Entonces su pelo se vuelve natural y gris y le hace juego con las arrugas y lo acepta sin miedo, sin perder la calma, con sincero orgullo, porque dice basta y nada más le importa. Así lo quiere.

La fatalidad del tiempo se disuelve victoriosa y se acerca la sentencia. Y vos le ves el desgano en cada cabello gris, uno por uno, y la resignación la delata y el cansancio es perpetuo y los ojos se le cierran de a poco. Ya es tarde, te dice. A dormir.


PD: Pero esto no lo vas a entender hasta que esa mujer sea tu madre.

(2010)





23 de febrero de 2010

▪ Self Discovery



Venía en el colectivo leyendo esto de Hesse:

—Piensa en la noche en que maltrecho y desesperado, saliendo de tu tormento y de tu soledad, te interpusiste en mi camino y te hiciste mi compañero. ¿Por qué crees tú, pues, que pude entonces conocerte y comprenderte?

—¿Por qué, Armanda? ¡Dímelo!

—Porque yo soy como tú. Porque estoy precisamente tan sola como tú y, como tú, no puedo amar ni tomar en serio a la vida ni a las personas ni a mí misma. Siempre hay alguna de esas personas que pide a la vida lo más elevado y a quien no puede satisfacer la insulsez y rudeza del ambiente.

—¡Tú, tú! —exclamé hondamente admirado—. Te comprendo, camarada; nadie te comprende como yo. Y, sin embargo, eres para mí un enigma. Tú te las arreglas con la vida jugando, tienes esa maravillosa consideración ante las cosas y los goces minúsculos, eres una artista de la vida. ¿Cómo puedes sufrir con el mundo? ¿Cómo puedes desesperar?

—No desespero, Harry. Pero sufrir por la vida, oh, sí: en eso tengo experiencia. A ti te asombra el que yo no sea feliz porque sé bailar y me arreglo tan perfectamente en la superficie de la vida. Y yo, amigo mío, me admiro de que tú estés tan desengañado del mundo, hallándote en tu elemento precisamente en las cosas más bellas y profundas, en el espíritu, en el arte, en el pensamiento. Por eso nos hemos atraído mutuamente, por eso somos hermanos. Yo te enseñaré a bailar y a jugar y a sonreír y sin embargo a no estar satisfecho. Y aprenderé de ti a pensar y a saber y a no estar satisfecha, a pesar de todo. ¿Sabes que los dos somos hijos del diablo?

—Sí, lo somos. El diablo es el espíritu; y nosotros, sus desgraciados hijos. Nos hemos salido de la naturaleza y pendemos en el vacío. Pero ahora se me ocurre una cosa: en el tratado del lobo estepario, del que te he hablado, hay algo acerca de que es sólo una fantasía de Harry el creer que tiene una o dos almas, que consiste en una o dos personalidades. Todo hombre, dice, consta de diez, de cien, de mil almas.

—Eso me gusta mucho —exclamó Armanda—. En ti, por ejemplo, lo espiritual está desarrollado y a cambio de eso te has quedado muy atrás en toda clase de pequeñas artes de la vida. El pensador Harry tiene cien años, pero el bailarín Harry apenas tiene medio día. A éste vamos a ver ahora si lo sacamos adelante, y a todos sus pequeños hermanitos, que son tan chiquitines, inexpertos e incautos como él.

Y ahí me detuve; dejé de leer; me separé de mí mismo. Había descubierto algo. Me había encontrado. Con mucho calor y algo de sed, después de un día largo y de mucho caminar, me acerqué a la ventanilla del colectivo. El viento me dio de lleno en la cara y fue hermoso. Vi el pasto infinito, los árboles, el cielo, las nubes blancas y el sol que se escondía de a poco en el horizonte. Las dudas se alejaban. Yo me acercaba. Me veía cada vez más claro. Y así me quedé largo rato, tildado, contemplando la nada y el todo. Me había encontrado.

(2010)






21 de febrero de 2010

▪ It's Funny How Things Turn out



CÓMO (¡NO!) HACER UNA TORTA

Se despertó a eso de las 9 de la mañana y al abrir los ojos sintió dos cosas: la lluvia golpear suavemente contra la ventana y unas ganas abusivas de hacer una torta. Los días de lluvias se prestan para estas cosas, pensó. Y era domingo.

Corrió las cortinas despacio y miró entre las gotas. De chocolate, decidió. Se fue a la cocina, leyó la receta con mucha atención y se puso a buscar todo lo que iba a necesitar.

Perfecto, no le faltaba nada. Pero cuando puso las manos en la harina, se dio cuenta de que sí, en realidad había algo que le faltaba. I need to be away, se dijo, mirando por la ventana. Se imaginó que la harina entre sus dedos era su paraguas y su cartera y que salía con ellos de la casa y se alejaba corriendo y no volvía más. I need to be away, se dijo y la ventana se volvió borrosa. Y no pudo evitar pensar en el chocolate chorreando lentamente por la torta y por las paredes y por los muebles. Quería que afuera lloviera chocolate, pero no lo logró. El mundo no quedaría nunca bañado en chocolate como su torta. Y entonces tiró todo, no se molestó en ordenar nada, cerró las cortinas y se volvió a la cama maldiciendo sus pensamientos.

Porque hacer una torta no siempre es fácil. A veces sale mal.

(2010)






19 de febrero de 2010

▪ Chased by Love



EL AMENAZADO


Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir.
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz.
La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.
¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras,
la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas,
la serena amistad, las galerías de la biblioteca, las cosas comunes, los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se
levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz.
Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos me cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo.

Jorge Luis Borges







17 de febrero de 2010

▪ What's Life about?



LA VIDA

Me mandaron por mail un texto que habla sobre la vida y realmente me gustó mucho. Pero al leerlo, en seguida se despertaron los idiomas y se desató una pequeña batalla lingüística. El texto estaba en español y decía que el autor era Charles Chaplin. Entonces, fiel a mi naturaleza, busqué el original en inglés. Misteriosamente, no aparecieron múltiples resultados en Google, como cualquiera podría esperar. Aparecía el texto en portugués, en español y en inglés. Ciertamente más en portugués y en español que en inglés. Y como si eso fuera poco, en la página de la que saqué la versión inglesa, leí que si bien este texto se atribuía a Charles Chaplin, no se había demostrado que realmente así fuera, ya que no figuraba en ninguna parte de sus obras. Conclusión: no sé quién es el autor ni en qué idioma fue originalmente escrito. Si alguien tiene información al respecto, puede gustosamente compartirla. Por el momento, creamos que pertenece a Carlitos.

No obstante, me parece una síntesis bastante interesante del infinito significado de la vida y creo que vale la pena leerla (y releerla cada tanto), aunque si realmente de eso se trata vivir, no lo sabré hasta mi último día. Mientras tanto, me gusta lo que propone este texto. Acá lo dejo. Disfrútenlo.


"I have forgiven mistakes that were unforgivable, I have tried to replace those who were unreplaceable and tried to forget those who were unforgettable. I have done things on impulse. I have been let down by those whom I thought would never let me down but I have also let others down. I have laughed when it was almost impossible to laugh. I have held someone to protect them. I have made lifelong friends, I’ve loved and been loved. I have screamed and jumped for joy, I have lived on love and made eternal promises of love. I have fallen many times. I have cried while listening to music and also when looking at photos. I have called someone just to hear their voice. I have fallen in love with a smile. I have also thought I was going to die from losing someone special and I did lose them! But I lived! And I still live! I don’t allow life to pass me by and neither should you! Live! What is really good is to fight with determination, embrace life and live it with passion! Lose your battles with class and dare to win because the world belongs to those who dare and life, life is worth too much to be insignificant…"





15 de febrero de 2010

▪ Feridas que não se Fecham



NA SUA ESTANTE - PITTY


Te vejo errando e isso não é pecado,
Exceto quando faz outra pessoa sangrar
Te vejo sonhando e isso dá medo
Perdido num mundo que não dá pra entrar
Você está saindo da minha vida
E parece que vai demorar
Se não souber voltar ao menos mande notícias
Cê acha que eu sou louca
Mas tudo vai se encaixar

Tô aproveitando cada segundo
Antes que isso aqui vire uma tragédia

E não adianta nem me procurar
Em outros timbres, outros risos
Eu estava aqui o tempo todo
Só você não viu

E não adianta nem me procurar
Em outros timbres, outros risos
Eu estava aqui o tempo todo
Só você não viu

Você tá sempre indo e vindo, tudo bem
Dessa vez eu já vesti minha armadura
E mesmo que nada funcione
Eu estarei de pé, de queixo erguido
Depois você me vê vermelha e acha graça
Mas eu não ficaria bem na sua estante

Tô aproveitando cada segundo
Antes que isso aqui vire uma tragédia

E não adianta nem me procurar
Em outros timbres e outros risos
Eu estava aqui o tempo todo
Só você não viu

E não adianta nem me procurar
Em outros timbres, outros risos
Eu estava aqui o tempo todo
Só você não viu

Só por hoje não quero mais te ver
Só por hoje não vou tomar minha dose de você
Cansei de chorar feridas que não se fecham, não se curam
E essa abstinência uma hora vai passar...






13 de febrero de 2010

▪ Numbers Speak Louder than Words



PATOLOGÍA: Miedo a los números

Cuenta porque tiene miedo a los números, miedo numérico. Cuenta compulsivamente las baldosas de cada habitación y le empieza a subir un calor sofocante si llega a más de cincuenta. Cuenta los ladrillos de las paredes y las llaves de los llaveros. Cuenta los escalones que sube, pero no los que baja. Cuenta los fósforos que va usando y los que todavía quedan a salvo en la caja. Cuenta los truenos de cada tormenta y teme. Cuenta las hormigas del fondo de su casa y teme. Cuenta las palabras y las letras de las historias que lee y los párrafos y las mayúsculas. Cuenta las personas que se visten de rojo y las que caminan mirando hacia abajo y le aterra que sean más que las que se visten de púrpura y caminan mirando hacia arriba (y sí, son más). Cuentas las uvas que desprende de los racimos y come (y teme). Cuenta el tiempo, naturalmente, y se muerde el labio inferior mientras van pasando los segundos (y los cuenta y teme, pero no llora). Cuenta hasta cansarse, o hasta llegar a un número tan grande, que decide contar cuántos segundos tarda en decirlo.

Una vez, en un jardín inmenso, llegó hasta el número dos mil quinientos noventa y tres. Contaba pétalos. Y también temía.


(2007)






11 de febrero de 2010

▪ Random Thinking is not Always Random



PENSAMIENTOS AL AZAR: De paradojas y contrastes

A veces, en algunas circunstancias, desearía pertenecer un poco más a este mundo. En otras, no podría ser más feliz.

[…]

No soy Eduardo Galeano, no lo soy ni quiero serlo, pero ambos tenemos catorce letras y compartimos once. Algo en común debemos de tener, además de letras, digo yo.

[…]

Es increíble cómo puede uno ser exquisitamente mágico y que sus palabras sean prolijas y profundas y precisas, como las de un sabio, ajenas y voraces, elocuentes, y al mismo tiempo uno puede ser el ser humano más tonto del planeta sin una gota de sentido común. It depends on context.

[…]

Es como cuando te dicen muy efusivamente “¡que los cumplas feliz!” y vos por dentro gritás “¡sí, por favor, eso espero, eso quiero!” y tu corazón agitado sabe que no mentís.

[…]

Yo voto por que los títulos sean opcionales y no restrinjan a los textos, que muchas veces no los necesitan y sólo ridiculizan. Y también lo confieso: no soy bueno poniendo títulos.

[…]

Sólo una vez (consciente de ambas partes) estuvieron en el mismo lugar, hace mucho, pero ante la incomodidad circunstancial y la duda no se hablaron. Viven a unas cuadras uno del otro, pero no se ven. Y hoy, sin embargo, le manda un abrazo, cuando ni siquiera conoce su voz ni sabe cuántas pestañas tiene.

[…]

Y hoy para vos puede ser un día más, como cualquier otro, sin nada especial, pero te aseguro que hay alguien que está muy emocionado recibiendo muchos saludos y regalos de cumpleaños, poniéndose contento una y otra vez a cada rato, sintiendo que es un día muy, pero muy especial. Otros, también sienten que es un día especial, porque están frente a una ventana, dispuestos a saltar, o acaban de recibir los resultados de sus últimos análisis y sí, tienen cáncer. Y todo en el mismo momento, cumpleañeros y suicidas, sonrisas y pánico, todo simultáneo.

[…]

Menos mal que a nadie se le ocurre armar castillos con cartas de tarot, porque se cavaría su propia fosa, digo yo. Sobre todo si tienen la ventana abierta y entra un poco de viento.

[…]

Siempre tuve la hemoglobina y el volumen corpuscular medio bajos; no hay nada por qué preocuparse. Quizás no sea más que alguna de las formas menores de talasemia alfa o beta. Ya veremos, luego de la electroforesis hemoglobínica y el analisis mutacional; ya veremos.

[…]

Porque no todos los suicidas son mentes débiles y almas abatidas, cobardes, que buscan la salida rápida y no se animan a enfrentar la vida. Por el contrario, muchos tienen una fortaleza de hierro y una voluntad inoxidable, a tal punto que se animan fácilmente a enfrentar la muerte, incluso antes de tiempo.

[…]

I finally came to realize nobody wants to face somebody else's loneliness. Nobody's brave enough. And that’s one of the reasons why people in general are alone: just because of other people.

[…]

Hoy ella cumple años y yo estoy acá, sentado, cortándome el pelo. Y mientras mi aspecto cambia y paso a ser otro, ella abre regalos y sonríe infinitamente, los abre y sonríe. Si no encuentran la paradoja, pidan auxilio.

[…]

A veces siento que no me entienden o que no me hago entender, que escribo sobre algo maravilloso, sublime, pero lo que los demás encuentran es un pozo profundo. Escribo sobre un despertar, un darse cuenta, un abrir los ojos ante algo mágico, y “¡oh, qué tristeza!” me dicen. Malditas sintonías.

[…]

Hoy, ahora, mis sentimientos van al compás de la canción Les jours tristes de Yann Tiersen. Y no es una canción triste, no, es excelente. Los días serán tristes, sí, pero no los míos y muchos menos la canción, que es excelente.

(2010)






9 de febrero de 2010

▪ (Random Thinking)



PENSAMIENTOS AL AZAR: Con paréntesis

No sé por qué, pero siempre quise que la palabra “exactamente” llevara tilde en la primera “a” (y confieso que más de una vez se la tuve que borrar).

[…]


A veces me hablan unas voces indescifrables, los otros, y yo no les entiendo nada pero sonrío ampliamente y asiento con la cabeza y "sí, sí" les digo, (pero se siente tan feo, tan feo).


[…]


Faltan doscientos ochenta y tres días para el otoño (y sin embargo…)


[…]


Me pregunto quién demonios eligió como ejemplos prototípicos de conjugación verbal del español los verbos "amar", "temer" y "partir". Juro que no fui yo, (aunque…)


[…]


Cuando alguien te dice “te extraño” quiere decir que ya ocupás un lugarcito importante en su corazón o que te está mintiendo. (Y yo extraño con locura ese lugar al que todavía no fui ni conozco.)


[…]


La avena es un cereal, no tengas miedo. Hace bien. A todos. (Menos a mí.)


[…]


Lástima que sólo en las películas se escucha de no-se-sabe-dónde esa música épica en los momentos más importantes y gloriosos de los personajes. (Igual no estoy muy seguro de si quiero vivir en una película.)


[…]


Sintagma amenazante: la astrología. Como cuando la conjunción Júpiter-Saturno está en cuadratura con la Luna y, al mismo tiempo, Plutón se ríe a lo lejos desde algún trígono con Mercurio (y qué peor regalo de nacimiento que tener como ascendente a sagitario sin la flecha y que Marte baile la danza de la destrucción).


[…]


Hoy estoy harrrrto de la gente de ojos claros y no voy a decir nada más al respecto. ¡Me cansaron! Y más vale que el clima se controle y el cielo no llore, (porque si no…)


[…]


Creen elegir esto y aquello y en realidad son las cosas las que los eligen a ellos. Son prisioneros que creen que son libres; la peor desgracia. Pero no lo saben. (Y son tan débiles…)


[…]


Clarividencia es lo que nos hace falta (y un sinfín de bemoles).


(2009)






7 de febrero de 2010

▪ Save Yourself, Rain Water is Leaking In



GOTEO

Me rindo. Estoy rodeado por goteras. Ellas ganan. Ahora mismo llueve y yo tengo la desgracia (o bendición, ya no lo sé) de tener goteras en mi dormitorio. Me rodean y no me dejan salir. Una a mi izquierda y otra a mi derecha. Y escucho las gotas caer y golpear(se) contra el suelo. Es imposible frenarlas. Primero de un lado, después del otro y en seguida de nuevo. No se cansan nunca. Caen una y otra vez hasta que las siento mías o parte de mí mismo, porque llevan el mismo ritmo que los latidos de mi corazón (o de su corazón), porque yo también soy de ellas, de repente yo soy ellas, de repente yo goteo. Y mientras (me) sigue entrando agua y se van formando charquitos cerca de mis pies, yo sigo escribiendo imperturbable, como si nada estuviese pasando (¿por qué será?), como si afuera no estuviese Zeus descargando su furia ni el viento aullara amenazante, como si no temblaran las ventanas, como si no estuviese entrando agua en mi habitación, como si las goteras ya fueran mías y yo las aceptara. Como si yo mismo estuviese entrando por los costados y desde allí me viera y cayera y siguiera escribiendo, sin que nada más (me) importase, absolutamente nada.

(2010)





4 de febrero de 2010

▪ Mirror Images



PATOLOGÍA: Miedo a los espejos

Teme mirarse al espejo. De chiquita siempre creyó que, como no podía estar ella del otro lado también, debía tratarse de algún truco y que seguramente se ocultaba alguna persona allí detrás, igual a ella, observándola. Y eso le daba mucho miedo. Gente escondida detrás de los espejos en todas partes, mirándola arreglarse el pelo, lavarse los dientes, maquillarse… mirándola mirándose. Por eso, nunca se demora mucho frente a ningún espejo. Hoy en día, ya grande, sabe que físicamente es imposible ocultar a alguien allí. Pero el miedo no cesa. Por el contrario, se extendió a todo tipo de cristales, hasta ventanas, lentes y puertas de vidrio. Cualquier reflejo puede desatar el caos. Los traumas de la infancia son así, dicen. Pero para su desgracia, ahora también es supersticiosa y teme ver algún día una premonición dentro de su propio espejo. No cree en fantasmas y esas cosas, pero sabe que si detiene la mirada en alguna esquina del misterioso cristal, es probable que se le revele alguna desgracia o maldición oculta. Teme que algún día el espejo se descomponga y le ofrezca una imagen en blanco y negro, sin sonido. Le da miedo que sus collares y aros no aparezcan del otro lado, señal de que están malditos o de que en un futuro serán enterrados con el cadáver de su actual dueña. La aterra la idea de ver en su reflejo una cucaracha salir de su oreja y perderse entre sus rulos. No es capaz de mirarse fijo a los ojos, por miedo a descubrir al diablo descansando en lo profundo de su ser; como si al verlo se produjera una conexión entre ambos capaz de despertarlo y hacer que ella pierda todo control sobre su alma. Le da muchísimo miedo sonreírle al espejo y que la imagen que le devuelva sea un llanto silencioso y eterno. Tanto teme mirarse al espejo que desearía ser ciega o que la noche reine por siempre en los cristales y que la oscuridad se apodere de sus ojos de una vez por todas.

(2009)




2 de febrero de 2010

▪ Shopping can be Fun



DOÑA POCHA VA DE COMPRAS

Doña Pocha entra al mercado y se zamplona automáticamente a la dóngola de los lácteos. Allí se encuentra con una joven pareja que rezonga y biplumea entre yogures y flancitos. “Ella tiene razón: el yogur”, piensa doña Pocha, mirándose la silueta. Y le pasa por al lado poniendo cara de tenés-toda-la-razón-del-mundo-querida y de paso le hurtifica al muchacho unos chorizos de su changuito, no para ponerlos en el suyo, sino para hacer justicia. Dejando a la pareja detrás, doña Pocha manitroma unos sachet de leche con fecha de expiración lontana y se detiene ante el glorioso queso rallado. Veripía entre una marca y otra y cuestiona los precios y hace tatetí y se adueña de uno que estaba medio escondidito. Busca en el bolsillo. Mira la listita que había escrito antes de salir de casa y lee “mermelada de ciruela”. Encuentra de frutilla, de naranja, de quinoto, de merullo, pero de ciruela no (motivo suficiente para olvidarse del dulce de batata, que tanto le gusta a Pancho). Agarra un frasco pequeño de mermelada de quinoto, lo girotea por todos lados, lo observa con extrema decamencia y pone a prueba la tapa. Aprobado. Lo pone en el changuito. Y entonces piensa en la torta que tiene que hacer para Matilde, así que palmea las manos (vaya uno a saber por qué) y se embocina con paso decidido hacia la harina. Elije una con muchos ceros y de ahí al azúcar. Y ahí la ve. ¡Matilde, en pleno acto de dominación de la sacarosa! ¡Tres paquetes! Y de repente doña Pocha quiere esconderse para no hablarle, pero no va que Matilde se tornea como una víbora y las dos se influman a los ojos y “¡Pocha queriiida! ¿Cómo anda? ¿Cómo la trata el calor?”. Y a doña Pocha no le queda otra que revitar la lengua y poner contentos a los oídos de Matilde quejándose de la humedad y los huesos. Hasta que después de un voivengo doña Pocha inmuye un “Bueno, querida, me voy por los fideos, que ya tendría que estar en casa poniendo el agua a hervir. Pancho me va a matar". Entonces Matilde, mientras le da un beso, piensa que la muy desgraciada no quiere flamizar la lengua con ella y, un poco ofetada, le desea por dentro que se queme con el agua hirviendo o que el tuco le salga exofinadamente picante. Doña Pocha se aleja y piensa que en vez de hacerle a Matilde esa torta esponjosa que tan rica le sale, le va a hacer un gualicho (que también le salen ricos) y que mejor usar la harina para hacer unas tortas fritas a la tarde mientras llueve y Pancho ceba unos mates. Y ahí no más se le antoja comer de postre duraznos con crema. Y se estira para llegar a la lata de arriba. Y sin querer (pero con furia por dentro) se le cae una de las latas de abajo y tira todo y se pone roja como un tomate (y en el acto queda el postre cancelado) y Matilde, que la venía siguiendo, se ríe a carcajadas limpias y sonoras, mientras el empleado pone cara de esta-vieja-viene-a-hacer-cagadas y se resifunde y se pone a plurificar todo el derragloto causado por doña Pocha. Pero qué importa, si las tortas fritas que hizo esa tarde estaban para chuparse los dedos.


(2010)






1 de febrero de 2010

▪ No Happy Ending



MÚSICA QUE DUELE

Algo que no tenés por qué hacer una mañana de un día nublado con un poquito de viento, pero que yo sí hice (y te va a gustar, si sos como yo). Te despertás, ponés la canción Happy Ending de Mika, te tirás en la cama boca arriba y mirás el reloj que, a su vez, te mira desde allá, alto, imponente, sobre la pared. Y mirás cómo se va moviendo el segundero, despacito, sin detenerse jamás, derrochando segundos irrecuperables. Y mientras tanto escuchás atentamente la canción. A little bit of love. Y mirás el reloj, pero no encontrás respuesta a tu pregunta. Y escuchás. Y te das cuenta. This is the way that we love, like it’s forever; then live the rest of our life, but not together. Y mirás el reloj y escuchás y sentís. No hope or love or glory; happy endings gone forever more. Ahí está la respuesta. Y escuchás. Hasta que tus oídos quieren llorar y tus ojos, por fin, quieren cerrarse. Ahí es cuando los cerrás; ahí es cuando te cerrás y listo. Eso, lo creas o no, también es un suicidio.

(2010)