"Caelum non animum mutant qui trans mare currunt"

26 de mayo de 2010

▪ Answer these Questions



¿Una forma para las nubes? De caballo en pleno salto.

¿Un ingrediente fundamental en la vida? La locura, pero no hay que tener miedo, porque es mejor así.

¿Un capítulo de “El principito”? El XXI, por supuesto.

¿Algo que te guste? Mirar el cielo estrellado en silencio con el zonzo deseo (siempre latente) de ver una estrella fugaz.

¿Algo que te dé miedo? No tener la suerte de Amélie o no lograr nunca domesticar ni a un zorro.

¿Algo que te haga sonreír? Poder ver mi aura. Es verde.

¿Algo para hacer en las vacaciones? Dormir espontáneamente y despertar sin saber exactamente cuánto tiempo pasó. Deshacer(me d)el tiempo.

¿Una palabra del pasado? Misantropía.

¿Una palabra del presente? Antropofanía.

¿Una utopía? Poder comunicarme en todos los idiomas. Y cuando digo todos, digo todos. Y cuando digo idiomas, incluyo hasta el silencio.

¿El peor regalo del mundo? Un reloj de arena gigante que contenga toooda la arena del desierto del Sahara. Lo que equivaldría casi casi a la eternidad.

¿Un recuerdo? Cuando mi nona venía del fondo esas tardes de verano con un pichoncito en las manos.

¿Una lección? When you change the way you see things, that's when things change.

(2009)





23 de mayo de 2010

▪ Saving Lives



Heaven's gates won't open up for me
With these broken wings I'm fallin'
And all I see is you

These city walls ain't got no love for me
I'm on the ledge of the eighteenth story
And oh I scream for you

Show me what it's like
To be the last one standing
And teach me wrong from right
And I'll show you what I can be

And say it for me, say it to me
And I'll leave this life behind me
Say it if it's worth saving me

Savin' Me, Nickelback






15 de mayo de 2010

▪ Non-finite me



LA MULTIPLICIDAD DEL SER

Hesse tiene razón: tenemos miles de almas. Estamos configurados de muchas formas distintas. Claro que todas nuestras identidades confluyen en una sola, pero eso no es más que una ilusión de la realidad. Una forma de materializar nuestra compleja naturaleza pluriforme. Somo uno, pero sólo por fuera.

Porque a mí no me vengan con cuentos; es cierto que yo voy a todos lados en el mismo cuerpo. Pero de ninguna manera soy el mismo cuando camino por estas calles que cuando camino por aquellas otras. Mientras camino por acá pienso y siento ciertas cosas totalmente distintas a las que pienso o siento cuando camino por allá. Quizás hasta mi forma de caminar sea distinta.

Soy hijo, pero también soy hermano, amigo, vecino, traductor, dormilón, pensativo, lector y amante de la naturaleza y de la fotografía. Soy muchas cosas a la vez y todas muy distintas. Hay una parte mía que es inteligente, madura, responsable y sumamente tranquila. Y también hay una parte que es muy tonta y torpe, quisquillosa, insegura y algo temerosa.

Y lo más difícil de entender, quizás, es que todas están activas a la vez y todas van creciendo y madurando y transformándose. En mí conviven, se pelean, se abrazan, se aplauden y se reconstruyen todas mis multiplicidades. Y paso a ser otro, constantemente. A tal punto que hoy en día ya no me puedo encasillar en ningún espacio ni denominar con ningún rótulo. Hoy en día soy todo lo que me rodea. Estoy hecho de todo y de todos, hasta de lo que no soy.

No trates de definirme. Yo ya me rendí.

(2010)






4 de mayo de 2010

▪ Time is Everywhere



TEMPORALIDAD

Triste realidad: nadie está libre, el tiempo nos abarca a todos, ya no hay que correr más en vano, ahí está, atrás de nosotros y delante también, la memoria ya no se vuelve amarilla, es una ilusión, ya no está, ya no.

Hoy me encontré con alguien que no veía desde que tenía ocho años… y ciertamente ya no tiene ocho años. Ahora es alta, morocha, abogada y sonríe todo el tiempo. (Pero me digo ¿cómo es posible ser abogado a los ocho años? Y entonces me recuerdo que tiene veintidós recién cumplidos, aunque ayer tenía ocho y dos trenzas rubias, lo juro.) Me resulta sorprendente encontrarme con todo eso de golpe, de un día para el otro. Es decir, el tiempo transcurrió, lo sé, pero transcurrió ajeno a mí. Entonces en mi mente en mi mundo, ella tiene ocho años y de ahí pasa a tener veintidós, de golpe, así no más, pero no tiene ni jamás téndrá (he aquí lo atroz) nueve, diez, quince, veinte años. Jamás sabré tampoco todo lo que se esconde en ese tiempo invisible que no me pertenece, que no lo formo, que no me existe (ya ni sé cómo expresarlo).

Eso es: Le temps perdu n’est pas perdu; c’est invisible pour les autres! Y esto, atrozmente multiplicado por todas las demás personas que tampoco vi desde que tenía ocho años. Son vidas enteras que existen y existieron a la par, invisibles. Misterioso Milagroso tiempo, ajeno a todos (nadie lo sabe) y parte de todos a la vez, que hoy nos hace ser lo que somos, dejando de ser lo que ya fuimos.

(2010)