"Caelum non animum mutant qui trans mare currunt"

30 de septiembre de 2010

▪ Translators Have Rights, too

   
   
DERECHO DEL TRADUCTOR* A DISPONER DE TIEMPO
   
Todo traductor tiene derecho a contar con el tiempo que estime necesario para realizar una buena traducción. Ese espacio temporal resulta indispensable, pero no siempre es valorado por quienes no son traductores y desconocen los mecanismos de la transferencia lingüística y sociocultural.
  
Por favor, imagine usted por un instante que es abogado o diariero o físicoculturista (da igual). No obstante, se le solicita que opere de inmediato a un paciente que sufre de peritonitis aguda. Le dicen que es una urgencia. ¿Podría usted hacerlo? ¿No cree que necesitaría un poco de tiempo para aprender a operar? ¿O para entender de qué le están hablando y cómo se debe proceder?
   
Algo similar le sucede al traductor, ya que le puede tocar traducir sobre cualquier tema, no sólo sobre aquellos que domina, como por ejemplo, la obligatoriedad del uso de la coma por orden envolvente. No, hoy traducís sobre calentadores de fluidos térmicos y mañana sobre cepas de algas y pasado te encargan una sentencia definitiva de divorcio vincular.
   
Por este motivo es de suma importancia contar con tiempo. Tiempo para leer, investigar, descrubrir, aprender, sorprenderse… Desde el momento en que recibe el texto original, el traductor debe convertirse en astrónomo, nutricionista, contador, escribano, cocinero o, en síntesis, debe adoptar la profesión del escritor del texto original, o al menos su estilo, la forma de expresarse, la terminología que utiliza y, claro está, debe adquirir algunos conocimientos sobre el tema en cuestión. Por ejemplo, normalmente no es posible hacer una buena traducción de un texto sobre hipertensión sistólica aislada si se desconoce qué son los receptores de angiotensina.
   
Por último, podemos afirmar que los traductores se asemejan a los actores, sólo que en vez de expresarse con todo el cuerpo para representar distintos personajes, lo hacen sólo mediante la palabra. Algunos dirán que la tarea es más sencilla, porque se limita sólo a un aspecto: el conjunto de letras amontonadas en un papel. Otros dirán que la tarea es más compleja, porque en definitiva el objetivo es el mismo, encarnar un personaje, pero se cuenta con menos medios y herramientas, por lo cual la precisión y (a su vez) la flexibilidad de las palabras es crucial. En fin, dejando de lado las cuestiones subjetivas y valorativas entre ambos casos, la meta es siempre que la representación artística sea creíble. Pero para que ese personaje que hay que interpretar logre ser creíbe, necesariamente se debe disponer de tiempo, mucho tiempo.
    
(2009)
   
*Feliz día del traductor a todos mis colegas.
  
   
   
San Jerónimo
  
 
  

26 de septiembre de 2010

▪ Understanding is Time-bound



SOBRE GUSTOS… YO ESCRIBO

Hoy me di cuenta de algo que me inquietó un poco: si yo me hubiese encontrado con este blog cinco años atrás, no me hubiera gustado ni un poquito. Y es fuerte que tu yo-presente descubra que a tu yo-pasado no le hubiera gustado tu yo-futuro. Entonces, me pregunté si eso querrá decir que mi futuro va a ser algo que ahora, en el presente, no sea de mi agrado. Pero no, la culpa no la tiene —no la tenemos— ninguno de los tres (tres, como si en realidad no fuéramos millones, incalculables, eternos). Al yo-presente le gusta su yo-presente. Por lo tanto, al yo-futuro le va a gusta su yo-futuro. El problema está en el desfasaje temporal, en la mirada diacrónica. ¿Por qué no me hubiera gustado este calabozo, mi propio calabozo, tiempo atrás? Porque yo era otro y no me hubiera entendido. Porque con el paso del tiempo crecí, maduré, aprendí, sentí, razoné. Cambié tanto, incluso aunque siempre haya transitado el mismo camino y haya tenido la misma meta. Pero cinco años atrás me faltaba dar tantos pasos, que estas paredes no hubieran tenido ningún significado para mi yo-pasado. Y al entender eso, la inquietud original pasó a ser un lindo descubrimiento. Es lógico, pensé. A mi yo-presente no le va a gustar nunca mi yo-futuro, porque sencillamente no puede comprenderlo. La comprensión está atada a un instante fugaz de nuestra vida. Y no me refiero solamente a que, por ejemplo, algunas paredes están escritas en francés y cinco años atrás yo no entendía ni una sola palabra de ese idioma. O a que mi yo-presente lee los muros de este calabozo y distingue en las letras a Woolf o a Hesse, lo cual no hubiera podido hacer jamás mi yo-pasado. En parte sí, es cierto, eso influye. Pero lo que planteo va más allá de las limitaciones cognitivas. Me refiero a vivir y todo lo que esas cinco letras implican. Uno cambia por el solo hecho de existir. Cambia tanto y tan constantemente que no se da cuenta. Y cada cosa que vemos, hacemos, escuchamos, sentimos o pensamos nos transforma. Y escribir es algo tan personal, tan propio, que ¿cómo pueden gustarles nuestras producciones a otros? Es algo que sale de nuestro interior. Es revelar implícitamente nuestra esencia. Al escribir nos exponemos. Abiertamente. (Qué horror, dice mi yo-pasado; oraciones tan cortas, hasta de una sola palabra. No te preocupes, dice mi yo-presente; ya leerás a Hemingway y te apasionará.) Al escribir, construimos algo a partir de nosotros mismos: de lo que somos y de lo que no somos. Es imposible no estar presentes en todas y cada una de las letras que escribimos, incluso en la ficción. Y desde afuera pueden decir qué lindo, me encanta. O qué asco, no me gusta, es basura. (Como este texto, dice mi yo-pasado, que ni siquiera está dividido en párrafos. Es que la mente tampoco está dividida en párrafos, contesta mi yo-presente, y yo pienso así, caótico, y vos también, pero todavía no leiste a Joyce y te empecinás con las estructuras prolijas y el orden.) Ambas posibilidades, el gusto y el disgusto textual, lo sublime y lo asqueroso, conviven y están latentes en todos. Entonces, cada vez que alguien dice que le gusta lo que escribo se produce un verdadero milagro. Porque se da una conexión extraña, incalculable, que parece simple a primera vista, pero buscar su origen puede ser un gran desafío. Se da un entendimiento propio a partir de lo ajeno. Un reflejo humano que desintegra de inmediato toda instancia de temporalidad. Un eclipse. Una conjunción de planetas. Y quizás el otro no leyó a Hawthorne, pero igualmente entiende lo que escribo (no hablo del significado denotativo, sino del connotativo e icónico), porque vivió algo que yo no viví. O porque vivió lo mismo que Hawthorne y así llega a la misma meta, aunque por otro camino. Entonces, las redes del entendimiento se entrecruzan y forman un tejido interminable y las posibilidades de conexión son infinitamente diversas. Y la conclusión final es también inquietante: ¿cuánto me disgustará ahora mi yo-futuro? Mi yo-presente no lo sabe ni tiene forma de saberlo, pero espera que la respuesta sea mucho y que mi yo-futuro le parezca el ser más abominable del planeta.

(2010)



22 de septiembre de 2010

▪ New Season



SPRING IS BACK

And so she opened the window and smiled, for she knew spring had come. I am not alone anymore, she says. There are flowers everywhere I look. It is the end of the cold weather, at last. Remnants of a bad memory. This is the beginning of new times. The victory of nature. Oh, how nice! The sun is warmer. Days are now longer. Birds singing everywhere. Infinite cloudless skies above. The green slowly invades the town and trees breathe once again. Life is back, unlocked, unchained, sparking in the eyes of every creature… All of a suden, it all seems to start growing fast in all directions and you just can’t stop it. You grow as well. Some sort of new energy takes over. A new spirit. New paths to walk. New ways of walking. Indeed, people walk differently if you look close enough. The impossibility of things becomes an old myth and everything just happens, everything takes place naturally, as if moved by some sort of unkonwn powerful force. Once again one feels like going for a walk, lying on the grass, staring at the sky, smiling for no apparent reason. It just feels right. Time seems to unfold in a different fashion, unobtrusively, in silence, unnoticed. Everything seems possible. Everything makes sense. Everything fits perfectly. Nothing blocks your way. It is just you and the sun. Oh, she thinks while staring at the sky, all windows (and all hearts) need to be opened. All curtains (and all fears) need to be drawn aside to let the light in. For sping has come at last.

(2010)






20 de septiembre de 2010

▪ Things are Going Well



EN CAMINO


Como sé que algunos me están esperando, vengo a reportarme. Las cosas van bien. De a poco todo va saliendo. El sol ayuda muchísimo. Y si se nubla y algo no quiere salir, no importa. Ya saldrá. Eso y el sol. O no, no saldrá nunca. Eso. Y de todos modos va a estar bien. Más que bien. Ahora estamos en Inglés en los Medios. La profe nos dejó repasar un ratito para el colosal parcial que tenemos hoy: Traducción de Derecho Privado II. Qué feito. Qué miedo. Igualmente el glosario está cocinado. Llevó su tiempo. Un fin de semana ajetreado. Maratón de glosarios. Non-stop. Pero ya está. Y nos va a ir bien. Habían pronosticado lluvia para hoy y no, no llueve. Y mañana es feriado. ¡Qué respiro! Y la primavera. Los parciales y demás obligaciones siguen, pero uno puede organizarse un poco más. Y en el medio pasan muchas cosas. Algunas difíciles de explicar. Pero nada cambia mi forma de pensar. Sé que todo va a estar bien. Eso sí, van a tener que seguir aguardando. Unas semanas más y esto empieza a terminar. Yo igual los leo. De a ratitos… Espero que estén bien. Los dejo, me voy a traducir estados contables y contratos. ¡Hasta pronto!

(2010)



5 de septiembre de 2010

▪ The Line is Busy, Try Again Later



OCUPADO


Ay, el tiempo. Se ve que el odio es mutuo. Hace varios días que no lo veo por acá y sospecho que ya me abandonó. Irónico, ¿no? Hace tiempo que no veo al tiempo. Y acá estoy, escribiendo estas paredes, cuando debería estar escribiendo otras cosas. No pensé que el último cuatrimestre de mi carrera me fuera a ahogar tanto. Me gustaría poder disfrutarlo más, porque es el último. Pero en una semana ya vienen rodando los siete parciales y todavía no actualicé los glosarios. Ni sé cuándo lo voy a hacer. Si todavía tengo que terminar de traducir el contrato de licencia, una sentencia judicial y una apelación rechazada, entre otras cosas. Y ya mismo tengo que ponerme a escribir un paper sobre computer-mediated communication. Preparar memorias y contramemorias para defender al Imperio Zunino en un caso simulado. Terminar de una vez las benditas pasantías. Definir urgentemente el proyecto de investigación para Canadá. Elegir el texto que traduciré para mi tesina y empezar a trabajar en él. Elegir el tutor. Muchos tormentos, sí. ¿Algún deseo? Wake me up when September ends. Y no me quejaría de todo esto si los días fueran más largos, si tuviera que viajar menos o si con dormir una hora me bastara. Pero me quejo. Me quejo (y me odio por eso) y me cambio de mano la pulsera y sigo con mis cosas. Por esto mismo me ausentaré de mi calabozo indefinidamente. Volveré cuando baje la marea, lo prometo. De todos modos, como ya dije una vez, les dejo mis paredes escritas para cuando me extrañen (¿?). Hasta luego.

(2010)