DOÑA POCHA VA AL MÉDICO
Su turno era a las 3, pero a las 2:45 ya está en la sala de espera, bien arreglada, revista en mano para pasar el tiempo. Claro que el tiempo pasa, pero no tanto gracias a la revista. La hojea, sí. Pero no la lee. Sus sentidos están atentos a otras cosas. Doña Pocha lo reconoce: es un poco chusma. Lo mejor de ir al médico es sentarse ahí y escuchar los chismes del barrio. Y, por qué no, colaborar con la sagrada tarea de difundirlos. Por eso, cuando se sienta Carmen al lado, no termina de preguntarle cómo está, que ya le suelta que Marita, la hija de Matilde, se va a casar. Y claro, le agrega que a ella nunca le cayó bien ese muchachito con el que anda Marita. “Muy misterioso, ¿no te parece?” le dice doña Pocha. “A Pancho tampoco le gusta. No sabemos nada de su familia y, por cómo anda siempre vestido, no debe tener muchas aspiraciones”. Carmen asiente pronunciadamente y agrega que, de todos modos, no cree que se concrete el casamiento. Y si se llega a hacer, pone las manos en el fuego de que va a fracasar. “El muchacho no la quiere, se nota a la legua”, concluye. “Pobre Marita”, dice doña Pocha, mientras sigue pasando las hojas de la revista y se detiene en el horóscopo. “No entiendo por qué se casan. ¿No estará… embarazada?”, se atreve a susurrar Carmen y, por unos segundos, reina el silencio en la sala de espera. Se abre la puerta del consultorio y sale el señor Ramírez, con los resultados de sus análisis en la mano. Entra una señora coqueta, no sin antes decirle algo al oído a su compañera, la cual le responde “sí, sí, andá tranquila que después te cuento”. Carmen no aguanta más la ansiedad. “¿Ese es el horóscopo?”, le pregunta a doña Pocha. “A ver, fijate. Es de géminis ella”. Y doña Pocha lee: “Amor: período de inestabilidad. No confiar ciegamente en su pareja o podrá arrepentirse. Sorpresa: una nueva vida empieza a manifestarse”. Se miran atónitas. “¡Yo te lo dije!”, espamenta Carmen. “Una nueva vida… Un bebé”, y todos en la sala ya no pueden despegar sus ojos ni oídos de ellas. “Pobre Marita”, repite doña Pocha. “No le va a ir bien con ese muchacho”, agrega mientras cierra la revista, olvidándose de Pancho y de que ella también es de géminis.
(2010)