"Caelum non animum mutant qui trans mare currunt"

14 de septiembre de 2015

▪ When it Comes to Love

     
     
DEJARLO ARDER

Es interesante cómo el amor resulta siempre ingobernable. Un terreno sin leyes ni principios. Nada puede subordinarlo, ya que el subordinado es uno mismo. Solo se puede obedecer al caos. No importa todo lo que estudies, todo lo que aprendas, todo lo que experimentes. Ni las letras ni la inteligencia podrán salvarte. De un momento a otro, todo conocimiento se vuele nulo, toda práctica carece de valor. El cerebro intentará engañarte y hacerte creer que ahora estás más preparado que antes para amar. Que ahora sabés más y entendés mejor cómo relacionarte con los otros. Que ahora tenés más herramientas para controlar lo que (te) pasa. Pero las cuestiones del corazón no se explican mediante ninguna teoría. No hay ninguna ciencia que nos permita entender su funcionamiento ni elaborar pronósticos. Ese calor, que de pronto inunda el pecho, no encuentra justificación ni lógica que lo ampare. Eso que lo enciende, eso que lo despierta, permanecerá por siempre un misterio. No es algo netamente físico ni psicológico. Es una conjunción de factores imposibles de definir (y, claro, cuya definición tampoco tendría ningún sentido). Por eso, el único camino es siempre la entrega. Cuando sentimos ese calor en el pecho, hay que dejarlo arder. Hay que decirle que sí. Hay que resignarse ante esa fuerza que excede nuestro control, que viene y se apodera de todo, que es capaz de alterar la existencia misma en tan solo un momento, como un verdadero acto de magia. Y cuando no sentimos ese calor en el pecho, cuando podemos pensar y cuestionar nuestros sentimientos, todo esto nos parece una reverenda pelotudez.

(2015)
     
     

No hay comentarios: