REFLEXIONES DE UN SOÑADOR
Ay, levantarse de la cama… Dejar atrás el sueño y sus lunas negras. Ese otro mundo lleno de espejos que imitan tan mal (o tan bien) la realidad. Esa inmensa prisión de recuerdos en la que las celdas no tienen puertas y la memoria ataca sin piedad, mezclando, trozando, fusionando… y entonces lo inexplicable. Porque ¿quién no ha soñado con arañas? Yo he soñado que una araña se escapaba de un frasco y ya no era una araña, sino cien. Y las arañas crecían con cada paso y venían hacia mí. Y sus ágiles patitas eran infinitas.
El sueño… Ese lugar donde el tiempo parece detenerse, donde no hay reloj que valga, donde cada instante es imperturbable y eterno y presente. Esa dimensión tan vívida, pese a que sólo tiene imágenes y silencio… Y sin embargo tan poderosa, capaz de convencernos de que todo lo que nos ofrece es real. Como si fuese algo cotidiano que un pulpo bien vestido nos salude caminando por la calle o que a los árboles les crezcan tarjetas de feliz cumpleaños en lugar de flores. Y no te asombres si de pronto empieza a nevar la melancolía y ves a ese niño que una vez fuiste solo en un rincón.
Ay, levantarse de la cama… Dejar atrás el sueño y sus lunas negras. Ese otro mundo lleno de espejos que imitan tan mal (o tan bien) la realidad. Esa inmensa prisión de recuerdos en la que las celdas no tienen puertas y la memoria ataca sin piedad, mezclando, trozando, fusionando… y entonces lo inexplicable. Porque ¿quién no ha soñado con arañas? Yo he soñado que una araña se escapaba de un frasco y ya no era una araña, sino cien. Y las arañas crecían con cada paso y venían hacia mí. Y sus ágiles patitas eran infinitas.
El sueño… Ese lugar donde el tiempo parece detenerse, donde no hay reloj que valga, donde cada instante es imperturbable y eterno y presente. Esa dimensión tan vívida, pese a que sólo tiene imágenes y silencio… Y sin embargo tan poderosa, capaz de convencernos de que todo lo que nos ofrece es real. Como si fuese algo cotidiano que un pulpo bien vestido nos salude caminando por la calle o que a los árboles les crezcan tarjetas de feliz cumpleaños en lugar de flores. Y no te asombres si de pronto empieza a nevar la melancolía y ves a ese niño que una vez fuiste solo en un rincón.
(2009)
1 comentario:
Por estas casualidades de la vida he venido a toparme con tu blog... y me ha encantado la intensidad de las líneas y la intensidad de los mensajes que plasmas.
Si no te importa, me quedaré por aquí.
John W.
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