AÑOS MAYORES
Momento determinante. Cuando finalmente una mujer decide renunciar a la tintura. Entonces su pelo se vuelve natural y gris y le hace juego con las arrugas y lo acepta sin miedo, sin perder la calma, con sincero orgullo, porque dice basta y nada más le importa. Así lo quiere.
La fatalidad del tiempo se disuelve victoriosa y se acerca la sentencia. Y vos le ves el desgano en cada cabello gris, uno por uno, y la resignación la delata y el cansancio es perpetuo y los ojos se le cierran de a poco. Ya es tarde, te dice. A dormir.
PD: Pero esto no lo vas a entender hasta que esa mujer sea tu madre.
(2010)
7 comentarios:
el tiempo... el tiempo y usted... que tema ahí...
hermoso. Te felicito.
ED... puedo decirte Ed?, bueno, tengo que decirte que hace mucho que tenia miedo, y no sabia a que.
Pensaba que era a la muerte, o a la vejez, pero me doy cuenta de que le tengo miedo al TIEMPO, que pasa y no vuelve y que se lleva tantas cosas...
beso
Seas quien seas: No te das una idea de todo lo que le escribí al tiempo y todavía no apareció en el calabozo, jaja =P
Yess: Sí, podés :) Pero no hay que tenerle miedo al tiempo. Si no te gusta que se lleve tantas cosas, aprovechá y disfrutá las que tenés ahora y rescatá todas las que puedas. Pero no le tengas miedo, porque con eso no se gana nada. Al contrario, se pierde tiempo temiendo (y así se nos escapan más cosas todavía). Es cierto que el tiempo no vuelve, pero creeme que es mejor así. ¡Frente en alto!
¡Gracias a ambos!
Edgardo! yo imaginé que ese cambio no vendría junto con el desgano y la resignación... imaginé que seria una cuestión mas "liberadora"... igualmente voy a guardar la entrada en particular para cuando lo vea en mi ma y volver a comentar ja!.
Marquitos: Ojalá que el caso de tu ma sea una cuestión más "liberadora", como vos decís :) Supongo que cada una lo tomará a su manera, como puede y/o como quiere, y tendrá sus razones. Después me contás, jaja xD ¡Gracias por pasar! :)
Me gusto tu posteo, te sigo ;)
Salu2
Que belleza ese pelo, esas arrugas, esa historia sobre su rostro... las marcas de la vida, lo que debería ser natural de toda mujer u hombre que vive para contarlo.
Precioso texto.
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