IGUALDAD
Me pidió que transmitiera sus ideas y aquí estoy. No quiere decir mucho en concreto sobre el tema, porque ya se ha hablado y debatido hasta el cansancio y sería innecesario extenderse aún más con argumentos y contraargumentos y demás eternidades tautológicas (en todo caso, pasen por acá). Pero está contento. Porque sabe que llegó la hora de dejar de (¿aparentar?) estar ciegos y aceptar que el mundo gira, que la humanidad evoluciona, que las leyes se reformulan, que la visión humana del mundo se modifica día a día. En fin, llegó la hora de reconocer que todo cambia, absolutamente todo. Claro que, primero, es fundamental tener una mente abierta, porque las cosas además de verlas hay que querer verlas.
Pero no todos pueden aceptar las diferencias. No todos pueden transformar sus creencias y moldearlas. No todos tienen la flexibilidad o tolerancia necesaria para entender lo que escapa a sus rígidas estructuras sociales/divinas. Por eso cree que no hay que culparlos. Y no los culpa, en absoluto. Cada uno a su manera, como pueda, como le hayan enseñado a ver. Y con respeto por los demás.
Pero ¡claro que sí!, dichoso aquél que no prejuzga, que no rechaza, que tolera al resto. Dichoso aquél que es libre y que sabe razonar por sí mismo, aquél que intenta ponerse en el lugar del otro y trata de entenderlo, aquél que no discrimina ni con la palabra ni con el pensamiento. Dichoso aquél que ha logrado desatarse de las viejas cadenas, que ha logrado quitarse el polvo del pasado, que ha logrado escapar de su calabozo. Y al decir eso no está hablando de literatura, no; habla del rencor despiadado y del temor injustificado que ha perdurado tanto tiempo, de esas palabras que se dicen y que hieren, aunque no se pueda ver. Esos calabozos no son de aire. Muy por el contrario, esos calabozos asfixian.
Pero ya está. Ya se de dio un paso más. Estamos un poquito más cerca de la igualdad. Las personas del mismo sexo ya pueden casarse en Argentina. Y no es necesario involucrar las religiones ni hablar de valores, de si está bien o mal. Opinar así sería imprudente. Después de todo, ¿quién está capacitado para juzgar a los demás? No está ni bien, ni mal. Sencillamente está. Es así. Se ve (si se quiere). No es ficción. Es la realidad; es nuestra realidad. Es el mundo en el que vivimos, te guste o no (porque los gustos personales no tienen cabida en un debate serio de derechos).
Y en la vida todo es cuestión de tiempo. Las cosas cambian, seguro que sí, pero no de un día para el otro. El camino es largo, pero se puede transitar. Tarde o temprano lo que está ahí escondido, latente, brilla tanto y con tanta fuerza, que no se lo puede ocultar. Hoy, acá, se dio un paso más. Ahora es sólo cuestión de tiempo: el mundo espera.
(2010)
Ojalá que pronto deje de ser cierta la famosa frase de Orwell:
All animals are equal, but some animals are more equal than others.
All animals are equal, but some animals are more equal than others.
1 comentario:
La igualdad comienza cuando aceptamos que somos todos diferentes.
Qué lindo leerte nuevamente.
Besos
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