"Caelum non animum mutant qui trans mare currunt"

17 de febrero de 2012

▪ Out of Memory

  
  
PATOLOGÍA: Miedo al olvido

No me acuerdo exactamente cuándo sucedió, pero una vez soñé eso, que tenía un accidente o algo así (ya no recuerdo con precisión el sueño) y al final estaba todo bien, pero ya no me acordaba de muchas cosas, perdía la memoria, ya no sabía francés, mi inglés era espantosamente básico y había muchas personas de las que no me podía acordar. Qué trágico, ¿no? Pero a Martín le pasó, el hijo del padrino de mi hermana. Cinco años de ingeniería industrial esfumados, por ejemplo. O seis, ya no me acuerdo exactamente en cuántos años hizo la carrera. Por suerte la amnesia solo le duró un tiempo y después recuperó la memoria, pero el punto no es ese. Podría contarles también de la tarjeta de memoria de mi cámara digital que murió hace unos días y junto con ella, todas las fotos de Canadá (que me rehusaba a borrar), que igualmente tenía en la computadora guardadas (aunque no recuerdo cuántas eran en total), pero que de un momento a otro dejan de estar ahí, como los recuerdos, error de tarjeta, como quien dice de cerebro, no se pueden recuperar los datos, se esfuman y entonces la nada. Pero la cámara digital no importa, tampoco es ese el punto. El punto es el olvido. Eso es lo que da miedo. Y al mismo tiempo, intriga y curiosidad. Porque también puede ser un alivio olvidar ciertas cosas, borrar algunas pinceladas del pasado, tener que empezar de cero con un lienzo en blanco, aprovechar las nuevas oportunidades, sin un camino ya marcado que nos guíe siempre en la misma dirección. Pero claro, con todo lo malo también se va lo bueno y he ahí el dilema. Se va lo que somos hoy por hoy, todo lo que aprendimos, todo lo que crecimos, nuestros vínculos, los momentos compartidos. Desandamos el camino, perdemos lo que habíamos ganado. Y hay cosas que ciertamente no queremos olvidar. Por eso el miedo y la incertidumbre, el desasosiego y la duda. Porque en definitiva hoy somos en consecuencia de lo que fuimos. Sin el pasado, el presente no tiene sustento. Sin el pasado, no nos queda más que empezar a construir un nuevo pasado a partir del presente. Borrón y cuenta nueva. Ahora bien, uno puede tener miedo de olvidar, pero también miedo de que lo olviden. Los que temen ser olvidados, suelen temer también a la soledad. Los que temen a la soledad, muchas veces necesitan un cambio de vida radical. Los que necesitan un cambio de vida radical, suelen negar el miedo. Los que suelen negar el miedo, se quedan estancados. Los que se quedan estancados, terminan siendo olvidados. ¿Y todo esto a qué viene? ¿De qué estoy hablando? ¿De un sueño, de una cámara de fotos o de la realidad? ¿A dónde quiero llegar? ¿De quién estoy hablando realmente? ¿Y por qué tantas preguntas? ¿A qué le tengo miedo yo? ¿Y los demás? ¿Al olvido? ¿Vos a qué le tenés miedo? ¿No es peor, acaso, tenerle miedo a los recuerdos?

(2012)
  
   
   

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo como no pude superar algunos, aprendí a convivir con ellos...