PATOLOGÍA: Miedo a no tener miedo
La verdad es que se siente un pelotudo. Miles de veces le han preguntado a qué le tiene miedo y no sabe qué responder. La verdad es que no tiene miedo a nada, excepto a no tener miedo. Le aterra la idea de que nada le cause temor, miedo, pánico. Y que lo único que le genere esas sensaciones sea una idea lo hace sentirse un pelotudo. La verdad, entonces, no es que no tenga miedo a nada. Sí hay algo que le da miedo. ¿Pero cómo explicarlo? Imaginate la situación más banal que se te ocurra y agregale la pregunta "che, Facu, ¿a qué le tenés miedo?". Y ahora arreglátelas para responder espontáneamente que lo que te da miedo es no tener miedo y, acto seguido, preguntá por el pronóstico para los próximos días, como si nada. La verdad es que se siente un pelotudo. A simple vista suena paradójico. Suena a encrucijada. Pero la realidad es así. Así de patológica. A veces inventa cosas para salir del paso, que tiene miedo a las serpientes, a los tiburones, a los turistas o a la mayonesa. Lo único que quiere es cambiar de tema cuanto antes, para que no se note que está mintiendo, que tan mal le sale (¿miedo a la mayonesa?), y para no verse obligado a explicar su terror por su ausencia de terror. Bastante loco, ¿no? Parecería hasta desafiar las leyes de la lógica. Si le da miedo que nada le dé miedo, debería despreocuparse porque entonces hay algo que le está dando miedo, con lo cual no debería tener miedo a no tener miedo a nada. Pero al mismo tiempo, si hay algo que le da miedo y por ende se anula su miedo a que no haya nada que le dé miedo, volvemos a la situación original de no tener miedo, que es precisamente lo que le da miedo. ¡Ajá! No hay escapatoria. La verdad es que se siente un pelotudo. Pero ¿qué culpa tiene? Si los miedos uno nunca los elige.
(2013)
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